ALBERT PLA DIA: Dissabte 13 HORA: 23.15 h ESCENARIO: Acoustic Club COINCIDE CON: The Mission, Doomsday, Osdorp Posse, DJ Alex Reece Señor Lou Reed: (¿o puedo llamarle Lurrid a secas?) Le escribo esta carta preguntándome que hará usted una vez haya actuado en el mega-escenario de Espot, haya saludado a abuelos y nietos, se haya marchado al hotel confortable de los alrededores y se haya duchado. Oiga, nome diga que se va usted a marchar. No por favor. No sin antes escuchar en directo a Albert Pla. Usted es una persona que sabía mucho antes de llegar a esta vida, que aprendió mucho más en sus años mozos y que ahora nos está enseñando a todos un poco. Sí, bueno, vale. Pero creo humildemente que algunos de sus alumnos le puede mostrar alguna cosa edificante, por más que ahora vaya por el lado tranquilo de la vida. No, no lo digo por mi. Ni por Blur. Estoy hablando de Albert Pla. Sí, es usted tan enrollado que seguro que ha escuchado veinte segundos de la versión que este niño grande de Sabadell hace de su temazo Uolquin ond uailsait. Vaya, tampoco me sorprendería que, sabiendo que pisaría hierbas y por estos lares, se haya mirado así por encima el video ese que tiene un presupuesto taaaaaaan exigua. Y que es tan genial. Sí, el que tira un ladrillo, y una botella de aceite. Y no recuerdo qué más. Pero es que no ha visto usted a este hombre en directo. (...) ¿Qué? ¿Cómo dice? Ah, que usted si fuera por usted iría pero que no es plan, siendo una figura mundialmente mundial, eso de presentarse en un lugar pequeñito y tranquilo. E intentar pasar desapercibido. Debe ser un palo eso de ser estrella. Qué digo, un palo. Un coñazo. Pero bueno, supongamos que le entiendo. En este caso, déjeme solamente que le explique lo que pueden ser sus tres cuartos de hora de actuación. Vamos a ver. Piense en un sofá (vaya, digo yo que aún irá por la vida con el sofá...). Piense en que la gente está calladiiiiiita. Piense que si no se está calladito no va a escuchar la voz de Albert Pla, por no decir ya las letras. ¿Vamos bien? Pues bueno. Ahora cierre los ojos, piense en unos acordes de guitarra, de esos que pasan por el tímpano si retumbar demasiado, y cánteme para sus adentros este poema, se supone que de un tal Fonollosa que cuando usted era un chavalín con mala hostia y peor salud pisaba con frecuencia su ciudad de Niu Yor: Pobre muchacha hermosa que deprisa hacia mí vienes al cruzar la calle. Y pasas por mi lado, sin saber que yo soy la razón de tu existencia. Y ni siquiera me ves. Y te sonrío. Admiro tu cabello, culo y piernas. Estás buena, te haría muy dichosa, pero tú te lo pierdes con tu prisa. Pobre muchacha hermosa apresurada. Bueno, señor Lurrid. Ya me deja usted más tranquilo. Perdone si le he molestado, pero es que me sabía muy mal que viniera usted hasta este rinconcito del Pirineo para volver a casa sin tener algún dato más sobre este cantante que, se supone, le ha supuesto en una de sus canciones. Quim Gil [Español] [English] [Français] |