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El Periódico

Segunda edición del Doctor Music Festival

Cheik Lô cantó como los angelitos negros, y su arte adquirió tintes de rumba flamenca en los momentos melódicos. Los esperados Echo and the Bunnymen, en cambio, pasaron sin pena ni gloria

Sinéad O'Connor: "Lo siento mucho y espero que Miguel Ángel Blanco salve la vida. Hoy es un día triste para todos nosotros"

DiFranco y Winwood nos pusieron firmes

DONAT PUTX
Enviado especial

ESCALARRE. -- El Doctor Music Festival arrancó, ya con todos los servicios en marcha, el mediodía del pasado viernes de la mano de Mojinos Escocíos. Según los promotores, a lo largo de la jornada el festival registraría 26.000 asistentes, con lo que se superaba el techo de público de 1996. A diferencia del pasado año, el recinto está preparado para acoger a más gente aún, si bien todo hacía pensar que no llegará a colgarse el cartel de "agotadas las localidades".

Hay que destacar antes que nada la rueda de prensa que ofreció ayer Sinéad O'Connor antes de su concierto, en donde se refirió a la situación por la que pasa el concejal del PP Miguel Ángel Blanco: "Estoy triste y siento mucho lo que está pasando. Lo he visto por televisión esta tarde y espero que salve la vida. Hoy es un día triste para todos nosotros".

Sin grandes quejas acerca de las cuestiones prácticas por el momento, los aficionados no tardaron en hacer suyo el recinto. Quien no se pasaba por alguna de las actuaciones, lo hacía por la concurrida peluquería de Llongueras, o bien se daba un garbeo por Internet antes de jugar a Magic en la correspondiente carpa. Desde diversos puntos del festival, se divisaba en el cielo la grúa que los más valientes usan para hacer "puenting". Tras el chaparrón del día anterior, un persistente sol auguraba futuros bronceados.

Con este buen tiempo, y con la mala cara de quienes habían esperado más de una hora para verlos, Echo & The Bunnymen mostró su reciente resurrección artística con un concierto puramente contractual que pasó más que inadvertido. En otro punto del valle, Steve Winwood se lo montaba bastante mejor. Ocupado últimamente en proyectos de relativo éxito, como la resurección de Traffic, Winwood ha retomado su carrera en solitario, cantando con soul junto a una numerosa banda en la que no faltan metal y cueros. En su concierto hubo lugar también para los diálogos instrumentales con swing e incursiones en el "tumbao" latino que el de Birmingham lleva a su terreno con maestría de veterano.

 

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Steve Windwood actuó en la parte más alta del valle a la hora en que, al principio, hubiera debido hacerlo Cheik Lô. Ya se imponía el jersey cuando el cantante estampó la nota africana del día. Cantó como los angelitos negros, y su arte adquirió tintes de rumba flamenca en los momentos melódicos. El "mbalax" senegalés junto con destellos de jazz o de funk, se encargó de mover los primeros esqueletos entre la gente que por allí se había dejado caer.

Horas más tarde, Texas saldría en el mismo escenario, con la voz de Sharleen Spiteri al frente. Nada nuevo bajo las estrellas en un concierto más aburrido de lo que muchos esperaban y deseaban.

En la otra punta del recinto, Ani DiFranco aparecía con el pelo teñido de verde, al lado de un batería y un bajista. Había interés por ver el directo de esta cantautora de 26 años, que puso firmes al personal con su particular actitud escénica, la de una cantante folkie con piel punkoide que, en lo musical, también muestra sus poderes pasando a látigo la guitarra acústica. Ani DiFranco ofreció un excelente concierto con momentos bellamente desgarrados. Lo suyo fue de una intensidad que pocas veces se asocia a este tipo de propuestas, con canciones como "Shy", "Shameless" y "Joyceful girl" en el repertorio.

Ya de madrugada, Simple Minds tomaban el escenario grande de un festival que iba sumando horas sin mucha pena ni gloria. Jim Kerr y Charlie Burchill, que publicarán nuevo disco dentro de muy poco, en esencia refrescaron la memoria vital de los más veteranos. Correctos, pero sin poner demasiada pasión en el asunto y aunque tengan nuevas canciones arrancaron más vibraciones con piezas de antaño como "Alive and kicking" o "Someone, somewhere in summertime".

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