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Los problemas de "La Vaca"
De por qué el Doctor Music Festival no logró atraer al público esperado
RAMON SÚRIO Escalarre
A cabó "La Vaca" y llega la hora de los balances. Por desgracia, la "noticia" del festival ha sido logística y no artística. Todos pendientes de Neo Sala y de su anunciada reducción del Doctor Music Festival para próximas ediciones. Su capacidad de convocatoria ha fallado y los asistentes han sido menos de los esperados. ¿Por qué? ¿Demasiado caro el abono? ¿Un cartel difuso y desequilibrado? "La Vaca" pretende ser un festival para todos los públicos pero a este ideal le falta criterio. Da la sensación de que el cartel es un montón de nombres escogidos no por representar lo mejor de la temporada en sus diferentes disciplinas musicales, sino para llenar los escenarios con propuestas donde sobra metal y falta imaginación. Con todo el despliegue mediático a su favor, Sala ha sido incapaz de reunir a 25.000 personas en Escalarre, cuando festivales como el de reggae de Torrelló --organizado por promotores no profesionales-- llegan a cifras de asistencia notables con poca promoción y la ayuda del prestigio de años anteriores. Para que un festival tenga fieles ha de ser "auténtico", como el de Benicasim, en el sentido de que tiene orientación, criterio y personalidad. Glastonbury y otros festivales europeos han cimentado su fama y prestigio gracias a que son escaparates de lo que realmente sucede en el mundo mundial de la música de ahora mismo. Doctor Music no parece tener el potencial para asumir algo así y quizás ni las ganas, más cuando ve que al público de su festival le interesa más Rosendo que Dylan. La programación dance, pese a ser un balón de oxígeno a tanto polvo y rock duro y de tener un buen criterio, no convence a muchos technócratas para ir a "La Vaca". El público parecen paseantes y no están demasiado por la labor. Así, los de Alpha vieron cómo su audiencia iba huyendo apesar de que estaban ofreciendo una digna aproximación a las sofisticadas canciones de su disco de debut. Un festival de estas características acaba siempre siendo un maratón que acusan los cuerpos no preparados físicamente. Poco sabía cuan en lo cierto estaba Green Velvet mientras iba repitiendo con su voz deformada "Im loosing my mind" --que traducido al cheli sería "se me va la olla"-- ya en la rectafinal de la gran carpa techno. El que sí se pasó fue Iggy Pop, que fiel a su costumbre de dejar subir al público al escenario estuvo a punto de producir un serio altercado. Esta historia marcó su concierto, que fue corto y muy inferior al realizado hace dos años. Quien cumplió con lo esperado fue la Dave Matthews Band, quinteto de Virginia que goza de gran popularidad en Estados Unidos y que aquí se está empezando a labrar un camino. En su repertorio incluyen desde versiones de Bob Dylan a largos solos de violin, pasando por momentos funky y un sentido grandilocuente en el desarrollo de las melodías. Se acabó "La Vaca" y la última canción que sonó en el escenario principal fue nada menos que el "Allright now" de los Free en versión de Richie Sambora y a continuación, por los altavoces de ambiente, el "Wonderful world" de Louis Armstrong. Hubiera quedado bien eso de "todo va bien en este mundo maravilloso" pero "La Vaca" va a tener que ponerse a régimen. Esperemos que haya buena leche para todos la próxima temporada.
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