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El Dr Music Festival marca un punto y aparte en la historia de la música en vivo en España Ya tenemos Woodstock RAFAEL TAPOUNET Barcelona Las nuvísimas generaciones amamantadas en las famélicas ubres de Kurt Cobain no pueden recordarlo, pero hace apenas unos años, menos de los que quisiéramos, el rock era para los españoles mercancía de contrabando y causa de peregrinaciones al extranjero, tal era la penuria de nuestros comercios y el raquitismo de nuestros promotores. Afortunadamente, la homologación política y (dicen que) económica de nuestro país al cánom occidental alcanzó también al mundo de la música, de modo que el pasaporte dejó de ser necesario para tener los discos que había que tener y las figuras internacionales empezaron a pisar el suelo patrio con gozosa asiduidad. Y casi nos sentíamos musicalmente europeos de pleno derecho, pero aún faltaba algo, la guinda del pastel. Un festival de rock. Si países con una climatología más hostil lograban reunir cada año a decenas de miles de personas en un prado lluvioso con la excusa de unas cuantas actuaciones de rock, ¿por qué no íbamos a tener nosotros nuestro Woodstock particular? Pues nada, eso también ha quedado solucionado gracias al arrojo del promotor Neo Sala, que el año que ahora glosamos se ha liado la manta a la cabeza y y ha organizado la primera edición del que está llamado a ser el acontecimiento musical más importante del sur de Europa: el Dr Music Festival. El certamen, que tuvo lugar los días 12, 13 y 14 de julio en la localidad pallaresa de Escalarre, se saldó con un razonable éxito de organización -levemente empañado por un agrio contraste de pareceres con una plataforma ecologista de la zona- y un prometedor superávit de público. Fue una justa recompensa al esfuerzo que la organización hizo para confeccionar un cartel que marcará punto punto y aparte en la pequeña historia de los conciertos de rock en España: David Bowie (cumplidor), Lou Reed (sobrio), Iggy Pop (pletórico), Patti Smith (emocionante), Blur, Suede, Sepultura, Underworld, Masive Attack, Neneh Cherry, Bad Religion, Moby, Black Grape y muchos otros hasta completar una lista de 70 artistas. Todos reunidos bajo el cielo leridano. La experiencia tiene la continuidad asegurada. La gente de Dr Music, espolcada por los responsables de la promoción turística del Pallars -se acabaron los recelos hacia los aficionados al rock- ya ha presentado las líneas básicas de la segunda edición del evento, que acojerá a 32.000 personas y multiplicará sus servicios. El objetivo de consolidar un certamen anual de primer orden a este lado de los Pirineos parece estar al alcance de la mano. El fiasco Non Stop Pero no todo el monte es orégano. El año 1996 ha registrado también el fracaso más estrepitoso de cuantos se recuerdan en los anales de la música en vivo en Barcelona. El Non Stop Festival de Pop-Rock prometía 34 horas de actuaciones ininterrumpidas en el Sot del Migdia. Sobraron 31. El certamen, que debía celebrarse entre el 21 y el 23 de junio, fue suspendido cuando el tercero de los 29 artistas citados, todos "de marcado carácter latino", abandonaba el escenario ante la mirada indiferente de 40 valientes que habían pagado la entrada y de otros tantos invitados. El oprobio cayó sobre unos organizadores inexpertos y aventureros que hasta tuvieron la desfachatez de filtrar un día antes del certamen el bolo de que se llevaban vendidas 8.000 entradas. Penoso. Mucho más sentido común mostraron los responsables de el Pop Festival, que ante la escasa respuesta del público -achacable a un problema de fechas y a un cartel poco distinguido- optaron por suspender 10 días antes el evento. Las giras del año: del gusto al susto Son cuatro. En 45 días -del 8 de agosto al 22 de septiembre- han ofrecido 34 conciertos de tres horas y media en 28 ciudades españolas- han recibido el aplauso de unas 400.000 personas y han recaudado unos 1.200 millones de pesetas. El gusto es nuestro, dicen. Son los protagonistas de la gira del año, Ana Belén, Victor Manual, Miguel Ríos y Joan Manuel Serrat. Con un espectáculo gigantesco, trufado de dúos conmovedores y pastiches imposibles -ese popurri de rock añejo-, la banda de los cuatro ha pulsado las teclas adecuadas. Además, lo de Serrat ya es abuso. Tres meses antes de salir de gira con sus tres amigos del Poble Sec había llenado dos noches seguidas el Palau Sant Jordi para presentar el doble ábum D'un temps, d'un país, colección de versiones de clásicos de la Cançó. Otro que ha ido sobrado este año ha sido Bruce Springsteen. El hombre de New Jersey se empeñó en pasear los temas de The gost of Tam Toarl en una gira acústica por pequeños teatros. Y en el Tívoli barcelonés protagonizó dos intensos recitales para los 3.200 afortunados que salieron bien librados de la batalla campal que se organizó frente a la tienda Planet Music el día que se pusieron a la venta las entradas. También visitaron Barcelona, entre otros, Rage Against the Machine, Smashing Pumpkins, Creedence, Tina Turner, Knopfler, Pearl Jam, Kravitz Van Morrison, AC/DC, B.B. King, The Cure, Gloria Estefan y Metallica. Copyright © 1996 Ediciones Primera Plana S.A. |