Rectangle
Polygon

Prensa / Premsa / Press / Presse 1997

Polygon
Rectangle
El Periódico

Estrellas de ayer, de hoy, de siempre

ALICE COOPER. Corrían los primeros años setenta y los ingleses Bowie, T. Rex y los Sweet marcaban el ritmo musical europeo --que no español-- del momento. El invento se llamaba Glam y era ambiguo en lo sexual, exagerado en su puesta en escena y tremendamente vital en su música. ¿Recuerdan a Gary Glitter? Pues eso. Por la misma época llegaban del otro lado del Atlántico ecos de los New York Dolls y de Alice y sus chicos malos. Iban de lo mismo, sí, pero llegaban un poco más allá. Los primeros desaparecieron en combate. Los segundos, en cambio, sobre todo Alice, se mantuvieron más tiempo con su potente rock de serpientes y cabezas cortadas. Luego el silencio, y después el olvido.

Y así hasta ahora, que el cincuentañero llamado Alicia anuncia su presencia en Escalarre. ¿Atraerá su leyenda a las nuevas generaciones como antes?

DAVID BYRNE. Sigue incómodamente instalado en categoría de "ex" a pesar de sus buenos pasos --latinos-- que lo han encaminado en más de una ocasión hacia Barcelona. Porque las cabezas parlantes y su influjo en la música de los ochenta siguen ahí, inamovibles. Y el hombre de goma que fue Byrne no consigue desembarazarse de ellos. Son su sombra y, a veces, su condena. Aunque siempre le quedará --y con razón-- el consuelo de decir aquello tan socorrido de que "los Talking Heads soy yo"

STRANGLERS. Le plantaron cara al mismo Bowie desde la ética/estética punk, gritándole a la cara aquello de "basta de héroes". Luego se pusieron en plan de orquesta antigua. Ahora vuelven. ¿De qué irán?

SINEAD O'CONNOR. Lloró como nadie las penas que, muchos años antes, el mismo Prince había escrito en su "Nothing compares 2U". Su cabeza calva y su lengua larga --a veces demasiado-- la convirtieron en una especie de Juana de Arco del pop y el rock. Y como tal fue quemada públicamente en aquel famoso concierto de homenaje a Dylan. Con la excepción de Kris Kristofferson, nadie la apoyó cuando más lo necesitó. Entonces dijo que se retiraba, y ha cumplido durante los últimos años. Con un hijo de más y un poco menos de fama, ahora quiere recuperar su lugar al sol del rock

ANNI DIFRANCO. Su fama la precede. Los mismos chicos de Doctor Music la definen como de "tormenta rockera".

Mientras no descargue agua todo irá bien, tan bien como cuando agarra su acústica y la llena de vida, dicen, o se mete en harina eléctrica o puro síncope rap. La (re)pera, por decir algo campestre, como el mismo festival pirenaico

SIMPLE MINDS. Un ejemplo de la dificultad de evolucionar. Los primeros 80 fueron suyos, pero luego les han acusado de ser su mejor caricatura

EXTREMODURO. Sin palabras, como un vendaval. Y eso, aunque nos envíen desde la portada de sus discos a lugares poco recomendables. Son payasos, sí, pero intensos: lo que quieren ser

LA BUENA VIDA. Sencillez del pop hasta sus últimas consecuencias: realismo poético de lo cotidiano en forma de baladas sencillas cantadas desde los buenos sentimientos

Picture
Picture
Rectangle