La Vanguardia 12/07/97 s


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Segunda edición del Doctor Music Festival

Aunque el tiempo anduvo loco anteayer, las lluvias no impidieron que diera comienzo el certamen musical, al que, según la organización, ayer llegaron ya un total de 18.000 personas

El grupo puso a botar a un personal ávido de energía al que parecía importarle poco el aguado ambiente de Escalarre

Rage Against The Machine triunfó sobre la lluvia

DONAT PUTX
Enviado especial

ESCALARRE. -- El tiempo estuvo algo loco anteayer, pero no lo suficientemente loco para impedir la segunda edición del Doctor Music Festival diera comienzo en Escalarre. Pasada la medianoche, la formación de rap metálico Rage Against The Machine culminaba, en el único de los siete escenarios que estaba abierto, una jornada desapacible, marcada por las lluvias --intensas o "chirimiris"-- casi constantes.

Era la última actividad programada de la noche "bonus track" del festival. Unas 18.000 personas, según los organizadores, ya habían llegado a la Vall d'Áneu y presenciaron el concierto de los californianos. Cabe decir, por otra parte, que una huelga de pilotos de la compañía aérea British Airways obligó a suspender tres actuaciones previstas para ayer: Ziggy Marley, Reef y Entombed.

Esta "fiesta del impermeable" se había iniciado unas cuatro horas antes, cuando unos mugidos de vaca pregrabados anunciaron la apertura del recinto. Por aquel entonces, el censo de aficionados en este enorme campamento que habían ido llegando desde la mañana, ascendía ya a 8.000 asistentes. El "saque de honor" artístico fue para Los Piratas. La banda de Vigo divirtió a los fieles que seguían bailando pese a una lluvia cada vez más intensa. "Lo sentimos", dijo el cantante, que también quiso remojarse un poco sacando la cabeza más allá del escenario cubierto. A continuación, arrancaron de nuevo con "Mi matadero clandestino (Big Station)", el single que han colocado en la banda sonora de "Batman & Robin".

La pequeña ciudad que aquí se ha montado no estaba ni mucho menos totalmente en marcha. Alejados de donde Los Piratas hacían bromas picaronas, los escenarios aún en desuso aparecían desolados. Imposible acceder al Circus Village, a las carpas donde la música electrónica se va a encargar de saludar al Sol, o a los restaurantes. Sí funcionaban algunos chiringuitos y una parada de camisetas que, con el transcurrir de los hechos, salvó del catarro a más de un despistado.



	El Jim Rose Circus combina prodigios de todo tipo con el humor.


	Mejor fue tratando el cielo al Jim Rose Circus, una atracción que permanecerá abierta durante todo el festival. Los estadounidenses triunfaron con la muestra de su espectáculo que habían preparado para la ocasión. Circo radical este, que provocó un pequeño pánico cuando un comando de actores irrumpió entre el público armado con lo que parecían sierras mecánicas. Entre los números que se vieron, se aplaudieron a rabiar prodigios como el de la mujer que sacaba fuego de su vagina o el hombre que se colgaba dos planchas de su sexo.

En el transcurso de la actuación de Big Soul se empezaron a formar las primeras colas en el recinto. Colas para hacerse con un bocadillo, para llamar por teléfono y sobre todo para cambiar "docs", la única moneda que aceptan los puestos de restauración del festival. Una gestión inexcusable para los aficionados que iban llegando, una vez localizada una zona de aparcamiento apropiada y el lugar donde plantar las tiendas de campaña.

Finalmente, los esperados Rage Against The Machine pusieron a botar a un personal ávido de energía, al que parecía importarle muy poco el aguado ambiente. Un público, por lo demás, exigente: las protestas por las largas pausas que se dieron en este concierto se hicieron oír lo suyo. A pesar de este pesar, Rage Against The Machine lució con su "scratcheante" guitarra, creando una especie de "estado de alerta máxima" con temas como "Bulls on parade".